Por: Soniel González
Los tiempos modernos trajeron consigo el desarrollo económico de muchas empresas, la colocación del mundo en nuestras manos con la tecnología, la tecnificación y rendimiento de la mano de obra y el deterioro moral de un porcentaje incalculable de nuestra sociedad.
El sistema esta corrompido.
La capacidad de asombro la perdimos.
Ya nada nos sorprende.
Las cosas que en el pasado eran impensables, anormales, inmorales y vergonzosas hoy las catalogamos como normales, y si alguien nos reclama por algo indebido lo justificamos diciendo que tal o cual fulano lo hace también, que Miguel es un Licenciado y roba, que Ramón es abogado y Pederasta, que Pedro es Sacerdote y Peca. En fin, que los demás también lo hacen.
De los males que aquejan a la sociedad no hacemos el más mínimo intento por erradicarlos.
Del comportamiento inadecuado de la juventud culpamos el Gobierno.
Del descalabro de la sociedad culpamos al gobierno y los políticos.
No queremos la verdad porque no nos interesa.
No queremos solución porque a muchos nos conviene el caos, el desorden, la delincuencia y por sobre todo nos conviene un Estado corrompible con facilidad.
No queremos desarrollo mental de los ciudadanos porque así los manejamos a nuestro antojo.
Vivimos acabando con el de arriba mientras estamos abajo. Si logramos un día ponernos a su nivel, entonces nos convertimos en lo mismo.
Somos consumistas en grado superlativo.
Los maestros de los años 60s devengaban un sueldo de 60.00 pesos, que no les alcanzaba para una semana de sustento familiar. Pero era un orgullo ser Maestro. Se convertían en padres de los alumnos y ejemplo de todos. El magisterio se ejercía con Vocación.
Ahora las escuelas están llenas de gente dando clase que ingresaron a la universidad pensando en cuánto van a ganar, las facilidades que da ser profesor, la necesidad de docentes y la oportunidad de montarse en un vehículo a los dos meses de ser nombrado.
El sueldo es pírrico para un maestro que va al banco y hace un préstamo para comprar un carro; Va a la Cooperativa y amuebla la casa con artículos de primera categoría. Del sueldo de 40,000.00 pesos, con los descuentos y los pagos de tarjeta de crédito y pago del préstamo del vehículo le quedan 8,000.00 pesos para la comida del mes. Porque somos consumistas.
No queremos agotar los procesos. Produzco para una passola y quiero una jeepeta… pero no son los Maestro, es los Dominicanos que somos así.
Veo mi amigo que tiene un BMW y yo quiero un Mercedez Benz para poder competir.
El país logró que se aumentara a un cuatro por ciento la inversión en Educación y es un engaño.
Es un engaño porque con un cuatro por ciento no es posible que se interrumpa la tanda extendida por falta de pago a los proveedores de la comida.
Es un engaño porque no se invierte en la preparación y tecnificación del personal docente. Si estoy equivocado entren al perfil de Facebook de los maestros y salvo honrosas excepciones verán si sus publicaciones se compadecen con las de un educador.
No quiero atacar ni denostar a los maestros, además, los que son verdaderos profesores ni siquiera se dan por aludidos porque saben que las escuelas están preñadas de gente que solo busca en el magisterio la forma de sustentarse económicamente y además quisiera el avance del sector educación, pues aspiro a una sociedad diferente a la que estamos viviendo, ¡amén! de que cuatro de mis hijos son estudiantes en escuelas del estado. Sé que la educación efectiva es la piedra angular del desarrollo y la inserción de jóvenes a la vida productiva alejada de los vicios y la delincuencia.
Nunca voy a estar de acuerdo que los maestros escojan un jueves para reuniones privadas, asuntos personales que son las reuniones de ADP, eso es un gremio, porque va en detrimento de los estudiantes y encima de eso el estado le paga ese día como si lo trabajasen. Pero ¡Ay! quien se atreva a reprochar eso… lo crucifican. Me pondrán mi cruz bien grande y los clavos bien afilados, pero es mi parecer. Mi padre fue maestro por más de 30 años, mis hermanas por más de 20 y soy un aventajado y beneficiario de la educación recibida en las escuelas y en mi casa. Pero el sistema de enseñanza cambió radicalmente. El comportamiento de los maestros cambio. El estudiantado varió. Un maestro no puede levantarle la voz a un estudiante, pero el estudiante tiene facultad de rociar químicos-tóxicos y llenar de pánico o poner en peligro de muerte a un centro completo. Un Maestro(a) no le importa lo que piense de él la sociedad o estudiantes para andar bebiendo, borracho mal vestido, (aunque esa es su vida privada) pero con su accionar fuera de las aulas también se pierde el respeto. En mis tiempos la educación escolar era un sacerdocio. Había respeto del estudiantado al profesor y viceversa. Si se sabía en la casa que un profesor nos dio un Reglaso, teníamos un correctivo más severo en el hogar. Pero, había tanto desorden? Existía tanta delincuencia?
Mis escritos no le caen bien a un gran número de personas porque afectan sus pensamientos e intereses, además de sus costumbres. Pero hay un asunto: escribo lo que pienso, no lo que un grupo de farsantes, rufianes y retrasadores quieren que escriba. No celebro chistes.
El Policía quiere andar en un Vehículo de lujo para poder levantar chicas, porque en nuestro país el hombre a pie es un perro. Como el sueldo no alcanza ni para una pasolita Joc, tiene que extorsionar, atracar, vender… para ponerse a la altura de los requerimientos de su entorno.
No existe delito que no esté apadrinado o involucre miembros de los cuerpos castrenses. Los cuarteles tienen sus propios juzgados donde se hacen todo tipo de negocios.
Todo eso es en aras de sustentar el consumismo. De buscar los cuartos de la forma que sea.
La Chamaquita cuyos recursos alcanzan para tener un celular maquito de 900.00 pesos y con tarjeta; tiene que acostarse con el marido de su vecina para comprar un iPhone de última Generación porque su prima tiene uno de esos y no se va a dejar echar vainas.
El chamaco del barrio que hace trabajitos esporádicos, en algunos casos ni siquiera trabaja, para poder complacer su ego de gustanini y brillar, busca donde encuentre, lo primero que se le ocurre es ubicar la dama o el señor que salga con algo por ahí y darle un tumbe.
El vicioso que le gusta empolvarse la nariz cuando no tiene la mezcolanza, le da un ramazo hasta a su madre para obtener recursos económicos que garanticen la dieta alucinante del día.
Es amargo, difícil y sé que poca gente se atreve a decirlo porque es más fácil seguir con el individualismo.
Es más fácil para protegerme de los ladrones poner verjas, andar armado, tener guardaespaldas o entrar en el jueguito lucrativo de la corrupción, porque total, los demás también lo hacen.
Es más fácil con el fastidio y robo de las Edes, comprar inversor, paneles solares y plantas eléctricas que tratar de resolver el robo de los que nos proporcionan un poquito de energía eléctrica.
Es más fácil echarle la culpa al gobierno del flagelo de la delincuencia, que formar nuestros hijos con los mismos valores que nos inculcaron a nosotros. Pero no podemos porque para ellos no somos ejemplo y pueden enrostrarnos hechos deshonestos.
Es más fácil resolver mis problemas y que al país se lo lleve el mismo Di…lo.
Hemos perdido la sensibilidad, al punto que si alguien a nuestro lado tiene un accidente, nos ponemos a grabar con un celular en vez de socorrerlo.
Desaparecieron los clubes sociales que formaban jóvenes en el teatro, la cultura, el canto y donde se descubrieron grandes talentos que hicieron aportes a nuestra sociedad.
Como no va crecer la delincuencia si somos nosotros que la propiciamos.
La propiciamos con la indolencia, la dejadez, la mala formación hogareña, la falta de respeto a los valores morales y familiares, la desunión, la corrupción de los políticos, militares, empresarios y ciudadanos que nos gusta esa chercha.
Y lago peor: se perdió el Amor.
No son sólo los gobiernos.
No son sólo los políticos.
No son sólo los delincuentes.
ES EL SISTEMA.
Pasan cosas a nuestro lado, en nuestro País, en nuestro Pueblo, en nuestra casa y no hacemos nada. Pareciera que no nos molesta y un día lo pagaremos bien caro, más, mucho más que ahora. No prevenimos, actuamos cuando ya el problema ha causado daños; en muchos casos irreparables.
Y algunos que quedamos privando en serio, de zánganos, pariguayos, pendejos y anticuados, no cabemos en este maldito sistema.
Y si alguno quiere ser serio dentro del sistema, tiene que adherirse o se va, o lo van.
Cada cuatro años es lo mismo. La oposición acaba con el gobierno de turno y si el voto le favorece y gana, entonces hace cosas peores que el antecesor. Y los partidos emergentes y algunos de izquierda quebrantan su doctrina cuando le ofrecen carguitos, dinero o prebendas o prueban la Miel del poder.
Y a los ciudadanos comunes nos gusta esa chercha.
A los que nos manejan por el nivel de ignorancia nuestro le gusta más. No queremos la verdad porque no podemos con ella. Nos acostumbramos con facilidad a las dádivas, los puestos, los suelditos y los escritorios.
El sistema fracasó.
Y la corrupción está en todas las instituciones públicas y un alto porcentaje de las privadas. Si, las privadas porque muchas son corruptoras.
Todos sabemos que para ser alcalde de un Municipio cualquiera hay que invertir decenas de millones de pesos. Y luego queremos que ese incumbente resuelva los problemas de la comunidad. Nosotros que fuimos responsables de ese gasto luego exigimos soluciones y empleos.
Queremos que los policías sean serios pero que si falto a la ley me den un chance.
Quiero que el diputado sea pulcro pero en la campaña le pido me construya mi casa y le de 50 hojas de zinc a mi hermano, las gomas del motor de mi sobrino y una Tablet para mi hija.
Quiero que el presidente se reelija aunque en el trayecto tenga que comprar con los cuartos de los hospitales, el voto de 19 senadores y 93 diputados y encima de eso exigirle que sea serio.
El sistema esta corrompido.
Y no hacemos nada para cambiarlo.
Anda ahora la marcha verde contra la impunidad. En principio lo vi como una nube de esperanza. Una buena iniciativa. Pero más de la mitad de los que andan haciendo grupos con pancartas, firmando libros verdes y exigiendo transparencia y castigo para los corruptos, deben ser procesados judicialmente por corruptos. ¡Que Vaina!
Es el sistema. De Arriba abajo.
Gobierno, Cuerpos castrenses, Tren Judicial, Empresarios, Periodistas, Abogados, Locutores, Cronistas de Arte, Productores, Chóferes, Motoconchos, comerciantes, Prestamistas, etc. Etc. Etcétera.
Que Dios Nos Ampare.