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El silencio del mar: La incertidumbre que rodea la desaparición de Brayan Amparo

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Bernardino Amparo y su esposa Amarilis Paulino de Jesús, padres del desaparecido Bryan Amparo Paulino.

Eugenio María de Hostos, provincia Duarte.-

Mejorar su calidad de vida, la de sus padres y demás parientes, era la meta del joven Brayan Amparo Paulino, quien el 19 de febrero del presente año, junto algunas prendas de vestir, empacó también sus sueños y salió de casa rumbo a un incierto destino.



Fue en hora de la tarde del citado día, cuando el chico, a quien cariñosamente se le conoce como Cafolo, junto a su padre Benardino Amparo salió de su residencia, ubicada en el municipio Eugenio María de Hostos, en la provincia Duarte y, se dirigió a la costa de Miches en el Este del país, para posteriormente embarcarse rumbo a Puerto Rico.

Habían transcurrido seis días del último cruce de palabras entre Benardino y su vástago, quienes se despidieron en la autovía del Nordeste y no volvieron a establecer contacto. Pasado el meridiano, justamente cuando el reloj marcaba las 3:00 PM de aquel domingo 25 de febrero, fue la última vez que la familia Amparo Paulino escuchó la voz de Brayan, quien se comunicó con su hermana Deyanira y le comentó que ya se montarían a la embarcación y debía apagar el teléfono.

“Él llamó y le dijo a la hija mía: ya vamos a salir, me voy a montar en la yola, ya voy apagar el teléfono”, relata con voz entrecortada don Benardino.

Asegura, que tres días después, recibieron algunos audios vía WhatsApp, donde alertaban que el viaje había llegado a Puerto Rico por la costa de Aguadilla, pero ni su hijo ni los demás pasajeros contactaron a sus respectivos familiares.

“No aparece la yola, no aparecen los tripulantes, nada, nada, nada aparece”, precisa el señor, quien mantiene su fe puesta en Dios, de poder dar con el paradero de su hijo.

Aunque el llanto no le permitía casi hablar, el señor Amparo, aprovechó la difusión que sus declaraciones tendrían en los medios de comunicación e hizo un llamado al presidente Luis Abinader de intervenir en la búsqueda de su hijo de 27 años.

“Estamos desesperados, estamos muy desesperados la familia”, acotó el destruido padre, mientras las lágrimas mojaban sus mejillas y los sollozos empañaban los cristales de sus lentes.

Cuenta, que estableció contacto con una dependencia de la Armada de República Dominicana, donde le prometieron darle respuesta al día siguiente, pero al igual que el coronel, en la novela de Gabriel García Márquez, nadie le contactó.

“Detenidos en un barco”, fue otra de las posibilidades planteadas a los parientes de Brayan, pero personas cercanas han buscado en los registros del extranjero y no han podido localizar su nombre.

“Eso está raro, porque ningunos de los que iban en la yola aparecen”, manifiesta doña Amarilis Paulino de Jesús, quien desesperadamente pide a las autoridades colaborar para localizar a su hijo.

Sumergida en el dolor narra el último contacto que tuvo con su vástago, el cual cuenta llegó desesperado a la casa, notificándole que se iba y recogiendo algunos objetos que le serían útiles para la travesía.

“Me dijo: mami me voy, yo le dije vete con Dios mi hijo”, señala la fémina con el corazón encogido y con deseo de regresar el tiempo para detener dicha escena.

Asimismo, explicó que su hijo salió en busca de mejorar su calidad de vida, porque la situación está muy difícil y las labores a las que se dedicaba no les eran rentables.

“Usted sabe que aquí se vive en una situación precaria, no hay trabajo, no hay de nada… mayormente la gente sale de este país por un bienestar para su familia”, manifiesta el padre del desaparecido, quien trata de darle fuerzas a la madre, pero en ocasiones se derrumba y rompe en llanto.

Si alguien ha visto a este joven, puede comunicarse con su hermana Deyanira Amparo Paulino al número telefónico (829) 816-7981.

Aunque han transcurrido muchos días de que Cafolo salió de casa, sus padres y hermanas mantienen viva las esperanzas de que puede ser localizado con vida y reintegrarse a su familia.

En la angustia de la espera y el silencio del mar, la historia de Brayan Amparo y su familia nos recuerda el poder del amor y la esperanza en medio de la adversidad. Que su búsqueda nos inspire a valorar cada momento con nuestros seres queridos y a nunca perder la fe en la posibilidad de un reencuentro.

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