Sao Paulo.- El exmandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva afirmó ayer que está «preparado» y «dispuesto» a ser candidato presidencial en las elecciones de 2018 y aseguró que sus «adversarios están muy nerviosos».
«Quiero decir, que si fuese necesario, si el PT (Partido de los Trabajadores) lo necesita, estoy dispuesto a volver a ser candidato a presidente», aseguró en una entrevista a la radio Meio Norte, del estado de Piauí (nordeste), un día después de que fueron vertidas en su contra nuevas denuncias de supuesta corrupción.
Este lunes, según informaciones obtenidas por medios locales, el expresidente del grupo Odebrecht, Marcelo Odebrecht, declaró ante la Justicia que pagó 13 millones de reales (unos 4,15 millones de dólares) en dinero procedente de la corrupción al expresidente.
En ese sentido, Lula volvió a defender su inocencia, criticó la filtración de declaraciones «mentirosas» a la prensa y señaló que no se le «pasa por la cabeza» ir a prisión.
«Para que alguien sea preso debe haber cometido un crimen y la policía y la justicia necesitan tener pruebas para condenar a una persona. Desde hace tres años escucho mi nombre y hace tres años que estoy esperando», dijo Lula, quien tiene cinco juicios abiertos en su contra, la mayoría de ellos por corrupción.
Lula consideró que el pueblo brasileño «tiene nostalgia» del tiempo en que fue presidente (2003-2010) y recordó que lidera las encuestas de intención de voto de cara a los comicios de 2018, a pesar de que todavía no fue oficializada ninguna candidatura.
«Mis adversarios están muy nerviosos porque me golpean desde hace tres años y en cada encuesta que sale estoy más al frente», afirmó.
El exmandatario, uno de los políticos más carismáticos del país, insistió en que está «preparado» para concurrir a los comicios del próximo año y volver a convertirse en presidente de Brasil.
«Cuando pienso en no presentarme, ellos me provocan y entonces me entran más ganas de concurrir», agregó Lula, quien este martes volvió a dar pistas sobre su posible candidatura.
Sin embargo, si fuera condenado en segunda instancia en alguno de los cinco procesos que enfrenta quedaría inhabilitado para postular a cualquier cargo público.