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Silvano Quezada, el lanzador dominicano que hizo historia en la LMB al ganar 16 partidos corridos.
En 1973, el lanzador dominicano Silvano Quezada dejó una marca imborrable en la Liga Mexicana de Béisbol (LMB) al ganar 16 juegos consecutivos, una hazaña que perdura hasta hoy, 47 años después. Sin embargo, esta gesta fue seguida por una suspensión de por vida que dejó perplejos a muchos fanáticos del béisbol.
La racha triunfal de Quezada comenzó el 8 de abril de 1973 y culminó el 19 de junio, cuando los Tigres derrotaron 4-1 a Tampico. A pesar de esa derrota, cerró la temporada con una destacada marca de 22-2 y una efectividad de 1,98 carreras limpias permitidas.
Pero, ¿por qué Silvano Quezada fue suspendido de por vida en la pelota mexicana? Todo se remonta a una estrategia astuta de un directivo de los Diablos Rojos. Ángel Vásquez, el cerebro detrás de esta jugada, solicitó a los Piratas de Pittsburgh en las Grandes Ligas que firmaran a Quezada y luego lo asignaran a los Diablos Rojos en la Liga Mexicana. Esta maniobra provocó controversia y modificaciones en los estatutos de la liga.
A pesar de las quejas y discusiones, Silvano Quezada continuó su carrera en los Alijadores de Tampico, donde inició su asombrosa racha de 16 victorias consecutivas. A pesar de sus éxitos en el terreno de juego, la LMB lo acusó de cometer un delito y lo suspendió de por vida, incluyendo la clausura de reserva.
Sin dejarse vencer, Quezada siguió lanzando en ligas menores de los Estados Unidos durante 25 temporadas, desde categoría D hasta AAA. En la pelota dominicana, se destacó durante 21 campañas, obteniendo la tercera mayor cantidad de victorias, con 64, solo superado por Guayubín Olivo y Chichí Olivo.
Nacido en Sabana de la Mar, Hato Mayor, el 13 de septiembre de 1939, Silvano Quezada se convirtió en una leyenda del béisbol dominicano. Las Estrellas Orientales retiraron su número 17, y su legado fue inmortalizado en el Pabellón de la Fama del Deporte dominicano. A pesar de los desafíos y la suspensión, Quezada demostró ser un verdadero correcaminos en el diamante.
