NEW YORK.- Carissa Fisher sorprendió a la familia Toczek al llegar a su puerta con globos, un peluche y un cartel que decía: “Hey Ezra, ¿te gustaría compartir mi hígado?”. Ezra Toczek, de 5 años, exalumno de Fisher en el preescolar Precious People de Alden, sufre de una enfermedad hepática en etapa terminal que le impide llevar una vida normal.
Ezra, quien fue adoptado, ha enfrentado problemas de salud desde su nacimiento y tiene una cicatriz en el abdomen por una cirugía anterior. Cuando Fisher, de 20 años, se enteró a través de Facebook que la familia adoptiva del niño buscaba desesperadamente un donante vivo de hígado, no dudó en ofrecerse. «Él es uno de mis niños y necesita ayuda», afirmó.
Después de meses de exámenes médicos y evaluaciones, los médicos confirmaron que Fisher es una donante compatible. El plan es trasplantar el 30% de su hígado a Ezra en una cirugía que se realizará en el Hospital Infantil Hassenfeld de NYU Langone. La intervención, aunque riesgosa, promete mejorar significativamente la calidad de vida de Ezra, que actualmente sufre de una intensa picazón y otros síntomas debilitantes.
Los Toczek, que tienen siete hijos, enfrentan una carga financiera significativa debido al procedimiento y las necesidades de recuperación posteriores. La comunidad ha sido llamada a colaborar mediante una campaña en GoFundMe para cubrir los gastos médicos y de alojamiento durante la recuperación.
A pesar de los riesgos, Fisher se muestra decidida a ayudar. «Si fuera yo, me gustaría que alguien hiciera exactamente lo mismo por mí», declaró. La cirugía se llevará a cabo con técnicas mínimamente invasivas, lo que se espera que facilite la recuperación tanto de la donante como del receptor.
Carissa Fisher, con su gesto altruista, no solo muestra un ejemplo de valentía y compasión, sino que también ofrece una segunda oportunidad de vida para Ezra Toczek. La comunidad espera que esta generosa acción inspire a otros a considerar la donación de órganos vivos y ayude a salvar más vidas.