
Washington, EE.UU.- El presidente Donald Trump anunció este jueves la imposición de un arancel global del 10 % a todas las importaciones que ingresen a Estados Unidos a partir del sábado 5 de abril, como parte de una nueva política comercial destinada a reducir el déficit y fortalecer la economía nacional.
Además, el mandatario detalló que impondrá gravámenes adicionales a los productos de países con “altas barreras comerciales y fiscales”, incluyendo el impuesto al valor agregado (IVA) en naciones europeas.
Tarifas por región
Durante el evento “Make America Wealthy Again” celebrado en la Rosaleda de la Casa Blanca, Trump explicó que, además del 10 % base, ciertos países enfrentarán aranceles adicionales a partir del 9 de abril. Entre ellos:
- Vietnam: 46 %
- China: 34 %
- Unión Europea: 20 %
- Israel: 17 %, a pesar de ser uno de los principales aliados de EE.UU.
En el caso de América Latina, los países más afectados serán:
- Nicaragua: 18 %, debido al gobierno de Daniel Ortega.
- Brasil, Colombia, Argentina, Chile, Perú, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, Honduras y El Salvador: 10 %, sin gravámenes adicionales.
Israel responde
Tras el anuncio, el Gobierno de Israel —a través del primer ministro Benjamín Netanyahu y los ministerios de Finanzas y Economía— anunció que eliminará los pocos aranceles que aún mantiene sobre productos estadounidenses, en cumplimiento con el tratado de libre comercio de 1985. El ajuste afectará principalmente a alimentos y productos agrícolas, y espera ser aprobado por el Parlamento israelí.
Según datos oficiales, en 2024 las exportaciones de bienes desde Israel a EE.UU. alcanzaron los 17,300 millones de dólares, y las de servicios unos 16,700 millones.
La medida, afirman, “fortalecerá las relaciones estratégicas bilaterales” y permitirá a los consumidores israelíes acceder a productos estadounidenses a precios más bajos.
Trump reiteró que esta ofensiva comercial busca garantizar un comercio “justo y recíproco”, defendiendo los intereses de los trabajadores y empresas estadounidenses frente a lo que calificó como “desigualdades históricas” en el comercio internacional.